Me da miedo pensar que no repetiría ni uno solo de mis días de trabajo.
Y encontrarme un día dentro de unos años, con que he consumido mi juventud.
Me da miedo mirarme un día y no saber si soy el periodista o el camarero.
Bravo! es 1 de los mejores reflejos de los jovenes hoy en dia. No se trata de menospreciar ninguna profesion, porque todas son muy dignas,sea cual sea. Se trata de mostrar un sistema frustrado y frustrante que aniquila pensamiento, palabra y obra. Es una crisis que está impregnando en lo mas hondo de las almas, limitando las ideas, las creaciones, las concepciones de la originalidad... y que su fluidez se va reduciendo ante nuestros ojos. Ese es el mensaje. Gracias por esos 5.30 minutos. Fuerza
Este vídeo me ha despertado.
El peiodista y el camarero es un cortometraje que representa a toda una generación, nuestra generación, la "generación perdida". Es el reflejo de muchos de nosotros, de muchos de los que hemos emigrado con nuestro título bajo el brazo, olvidándonos de nuestras aspiraciones e inquietudes para encontrar ese trabajo que nos pague las facturas, que nos permita seguir viviendo en el extranjero, donde, alejados de nuestra España natal, de nuestras cervezas, de nuestro sol y nuestras tapitas, podamos al menos, cuando pase la tormenta, decir que sabemos inglés (entre otros).
Aquí pasamos el tiempo defendiéndonos en un entorno a veces hostil, ya sea por el tiempo o la gente, pero a su vez en constante aprendizaje, de las experiencias, de la gente, del idioma que vinimos a aprender, de otra filosofía de vida y costumbres, de otro know-how, sin duda valioso y que en unos años seguro valoraremos, pero que en el día a día a veces se hace dificil de apreciar.
Con todo y con esto, una y mil veces volvería a coger las maletas y plantarme aquí. De todo se aprende y más de las circunstancias adversas, circunstancias, que te enriquecen, que te hacen crecer, ¡cuan recomendable es salir de tu zona de comfort! Y es que entre todo lo adverso, aprendes a disfrutar de las pequeñas cosas, quien eres, lo que quieres.
Esa sensación de temporalidad que te empuja a aprovechar todo, esa sensación de deslocalización que te libera, esa sensación de exprimir aquello que es nuevo y diferente, ese querer conocer todos los rinconcitos que te rodean, ese volver a casa cada cierto tiempo para la necesaria dosis de España y disfrutarla, ese hambre de conocer, de experimentar, ese querer crecer y aprovechar al máximo tus oportunidades de modo que vuelvas a casa con más que tu título de inglés, esa obsesión por resistir, por negarse a volver sin conseguir lo que te propusiste, sin realizar tu propia idea del éxito.
Nosotros, la "generación perdida", aspiramos a, dentro de unos años, poder afirmar con la conciencia bien tranquila que luchamos como pudimos en esta dificil etapa, que aprovechamos al máximo esta tormenta, que aprendimos mil cosas de ella y que somos lo que somos gracias a ella.
No cambio esta etapa por nada: los viajes, la gente que he conocido, algunos van para los dedos de la mano, los nuevos amigos, los reencuentros con los antiguos, volver a casa a los de siempre, ver que nada ha cambiado, respirar tranquilo, ponerse al día, contar mil anécdotas, disfrutar del mar, del olor a sal, de las cervecitas al sol, de la comodidad, coger aliento y volver a tu vida, a tu lugar ahora, con más energía, con las ganas de hacerlo mejor. Las risas, los bailes, las fotos, los cafés, las cervezas sin tapa, mis Seagulls y mi Brighton, las visitas, y sin duda la compañía en la aventura, aquellos que han hecho mi día mejor.
Para mí la generación perdida es aquella que se limita a quedarse todo el día sentado en el sofá esperando que vayan a ofrecerle el trabajo de sus sueños. Estudiar una carrera no es (ni ha sido) garantía de trabajo nunca. Limitar nuestra mente a un solo objetivo en la vida que nos satisfaga nuestro ego es una manera de ser esclavo de nuestras propias ideas. Por suerte o desgracia hay quienes consiguen vivir de lo que han querido y quienes no han podido hacerlo, ¿por qué hacer creer, a quienes por el motivo que sea, no han llegado a un punto en concreto que están perdidos? La vida no esa fácil para nadie, no iba a serlo más para quienes tengan un título bajo el brazo. La vida es un camino duro, lo fue para mis padres, mis abuelos, para mí y lo será para mis hijos. Tratar de encontrar el equilibrio podría saer un buen objetivo y eso puede intentarlo tanto el camarero como el periodista. Un saludo a todos.
ResponderEliminar¡¡Genial aporte!!
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